El Dolor por la Patria

David H Schultheis
3 min readMay 9, 2021

A la pregunta de donde provengo difícilmente le encuentro una respuesta simple. Aunque tenga dos nacionalidades, haya vivido en varios países y sea un ciudadano del mundo, hay una simple verdad inexplicable; Colombia siempre ha sido y siempre será mi Patria. Hay momentos donde me arrepiento de no haber vivido mas tiempo en ese lindo país, pero es justamente haber vivido en otros que me hace entender lo único que es Colombia. Lo que siento al llegar al chao tan perfectamente organizado del aeropuerto El Dorado, incomparable con el silencio y la estructura del Franz Joseph Strauss Flughafen de Munich. El aire tan húmedo y alegre que respiro al bajarme de un avión en San Andrés Islas, incomparable con el aire puro y frio que se respira en los Alpes suizos. El sabor tan único a calle y carbón de los Maíces al lado del rio en Cali, incomparables con la gran cocina de los restaurantes del barrio Salamanca. Esto sin hablar de lo mas bonito de mi país: la gente alegre que baila hasta con la música de los supermercados. Todo extranjero que viajaba a nuestro país antes del COVID-19 se llevaba una grande sorpresa, y como dice la campaña de Avianca, “el peligro es que te quieras quedar”. ¿Entonces si Colombia iba por tan buen camino que ha cambiado? ¿Como puede ser que haya tanto sufrimiento y tanto dolor en este momento?
La cronología de la historia de nuestro país es clave. Como yo nací en el 2001, empiezo mi análisis desde las elecciones del año después. En el 2002 queda Álvaro Uribe Vélez como el líder del ejecutivo de Colombia. Es indiscutible que en los ocho años de su presidencia logro que Colombia se volviera un país seguro. Uribe hizo las fincas accesibles, los viajes entre departamentos posibles y las inversiones extranjeras factibles. Por estas razones el agradecimiento del país con el expresidente Uribe, y con cualquier movimiento político que el encabeza, es completamente lógico. Sin embargo, el Machiavelismo de Uribe en los años de su presidencia, aun siendo un mal necesario, dejaron séquelas de odio en la sociedad colombiana, que solo siguieron creciendo. La plataforma política de Álvaro Uribe siempre se ha basado en el miedo y en el odio, intentando unir a un país a base de un enemigo común; algo que funciona ejemplarmente en una guerra, no en un país donde se esta intentando la paz. La disfuncionalidad de esta dialéctica se ve cada vez mas grande en el voto en contra del Centro Democrático, que cada vez fortalece mas a la izquierda de Petro. No podemos ser tan arrogantes como para inculparle el crecimiento de la izquierda a los “pobres” ignorantes, cuando el arcaísmo de nuestro pensamiento feudal crea tanta inequidad. Tengo que confesar que en las elecciones pasadas apoye al candidato equivocado. Lo que necesitaba Colombia era un candidato reconciliador, uniendo al pueblo no en contra de un mal compartido, si no uniéndolos con un bien común. Duque no lo fue, ni por sus alianzas políticas, ni por sus propuestas incumplidas, ni muchísimo menos por su falta de gobernabilidad. Lo que queda ahora es mirar como mejorar la situación en las elecciones entrantes. Esta claro que el que mas se beneficia de esto es el que representa a los mas extremos, el exguerrillero Gustavo Petro. Para mi, la solución a esto es forjar una fuerte alianza en el centro del espectro político, donde el amor por la patria sea mas grande que el odio por el otro.

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David H Schultheis

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